miércoles, 31 de diciembre de 2014

Los Desalmados Ocho.

El Maullido. 

Finalmente él.
El fantasma.
El León.
El Maullido.

Lo soñé, y lo conocí y me enamore como nunca creo pueda enamorarme de nadie más en toda mi vida.

Lo sé, sé que he dicho eso 7 veces anteriores, pero llega un día, en el que algo sucede, en el que te topas con unos ojos verdes, tristes, profundos y hermosos, unos ojos verdes que son capaces de anularlo todo.

Lo único que sabia de él, era que tenía los ojos verdes y un culo de sueño, blanco, lampiño, redondito, duro y mordible. Y nos citamos en una plaza, él llevaba un encargo para mi y yo llevaba todas las ganas de conocer al hombre con el que tengo la mayor afinidad del mundo, al hombre que descifró mi tatuaje con sólo verlo una vez, al hombre que también sufre de insoportable levedad del ser, al hombre que quería cogerme por el resto de mi vida.

Ahí estaba, sentado, en una banca verde que combinaba con sus ojos, chamarra de cuero, botas, jeans rotos, cabello despeinado, y un gatito en los brazos.

Jamas, me había enamorado a primera vista, jamas había sentido mariposas en el estomago por nadie, jamas había tenido una erección tan fuerte al sólo cruzar una mirada.

4 veces lo volví a ver.

Esta no es una historia de amor, ni un relato erótico.

Esta es una patética historia de como me enamore de un ser del cual aun me pregunto
¿Es real?

A él no le robe nada, ni siquiera un beso.
Él me robo el tiempo, el corazón, el aliento y el alma.

Yo por él ya no puedo escribir ninguna ridícula historia de amor.

Yo por él  también soy un desalmado.