martes, 5 de enero de 2016

El diario de un Oz que no es tan mago (1 de 12)

Un día después de mi cumpleaños decidí iniciar un putiproyecto (y lo llamo así porque la verdad es muy gay) en el cual antes de dormir escribiría una frase sobre algo relevante del día, quiero hacerlo durante un año por puro capricho y también a manera de reflexión, aquí la entrega 1 de 12 que corresponde del 6 de diciembre del 2015 al 5 de enero del 2016.

Tal vez nadie lo lea porque la verdad mi vida no es tan interesante, pero prefiero publicarlo aquí antes de hacer un biodrama y cobrarles la entrada para contarles esto mismo.




06 diciembre del 2015, día 1.
El hecho de que no seamos novios no quiere decir que te haya dejado de querer, aun me interesa que llegues bien a casa y que me mandes un mensaje cuando llegues, por muy absurdo que esto te parezca y si, si me dolió que no me felicitaras en mi cumpleaños.

07 de diciembre, día 2.
Una cerveza, hablé de ti y es que hablo de ti a la mínima provocación, y es que no entiendo ¿Porque no estás? Y es que de verdad tenia tantas ganas de quererte.

08 de diciembre, día 3.
7 horas de viaje, escuche el concierto de Ana Torroja en el bus, pienso en que nosotros también salimos 3 o 4 veces, pienso que también tu corazón fue lo que me acabo de enamorar, pero no, aquí no existe la fuerza del destino.

09 de diciembre, día 4.
No compartimos trayectoria, de ser así seriamos de la misma compañía, pero compartimos la visión.

10 de diciembre, día 5.
“Siento que esos deseos de verte se fueron y mis manos de acordes tuvieron muchas cosas nuevas para tocar”.

11 de diciembre, día 6.
Me hablan de ti y de lo maravilloso que eres, yo finjo que no me importa, digo que no eres tan padre, finjo por salud mental, porque necesito creer que no vales tanto la pena.

12 de diciembre, día 7.

Tres mujeres pidiéndome amor… siempre les gusto a las mujeres, me dijeron que la historia que tuvimos la habían escuchado 3 veces más en el mismo periodo de tiempo, ahora entiendo tus ausencias, tenías que estar presente con otros 3, en fin, siempre me han gustado los cobardes.

13 de diciembre, día 8.
Y lo vi y sentí calma y me pregunte ¿Por qué no estoy con él? No hace que mi corazón brinque o que me tiemblen las manos, no, él me calma.

14 de diciembre, día 9.
Mi abuela se enfermó, tú me diste un like, me compre un CD y la vida sigue.
No sufro, me emociono ni me congratulo; porque mañana, seguramente, mi abuela estará mejor, el CD se habrá rayado y tú otra vez me habrás olvidado… y la vida sigue.

15 de diciembre, día 10.
Salgo temprano del trabajo, pienso que podría llamarte, invitarte al cine, a comer, a vernos… Termino invitando a un amigo que vive en San Francisco porque tú no vas a poder, nunca puedes… él tampoco puede, pero bueno, él vive en San Francisco, tú… tú sólo no quieres verme.

16 de diciembre, día 11.
ME dejaron unas flores y mi nombre tallado en el asfalto, no fuiste tú, pero me gustara creer que si hasta que se presente el responsable, en mi cabeza no eres tan hijo de puta como en la realidad.

17 de diciembre, día 12.
Los niños deberían quedarse en las guarderías y deberían evitar enamorarnos a los adultos, después lo hacen entrar a uno en ese estado de melancolía que hace que te quieras volver a comer el mundo.

18 de diciembre, día 13.

Otras flores… ¿Y si si eres tú? ¿Y si es una broma? ¿Y si ya mejor dejan de hacerlo? Mi corazón ya no está en temporada de decepciones.

19 de diciembre, día 14.
Tercer ramo de flores, para ser una broma ya estuvo bueno… para ser una realidad ya estuvo bueno… para ser anónimo ya estuvo bueno… de seguir pensando que eres tú ya estuvo bueno… de seguir pensándote ya estuvo bueno.

20 de diciembre, día 15.
Una mujer (si otra mujer) me dijo que me veía guapísimo, que seguramente era la felicidad, le dije que si y es que de verdad soy muy feliz, te extraño es cierto, pero más que a ti, extraño lo que pudimos haber sido, lo que pudimos haber hecho, extraño lo que no sucedió, lo que me tiene feliz es que antes de ti he extrañado a otros más y siempre termino por olvidarlos, tú no serás la excepción.

21 de diciembre, día 16.
Es 21 y la vida es buena, tengo amor y tengo todas las ganas de volverte a encontrar y que cuando me mires se haga un hueco en tu estomago que rebote en tu corazón y no sepas porque, pero que de repente te nazca una extraña necesidad de tenerme a tu lado y entonces sabrás lo feo que se siente enamorarse solo.

22 de diciembre, día 17.

No se trata de un reencuentro, ni siquiera de añorar los viejos tiempos, se trata de vernos como si fuéramos nuevos, de sentirnos como si fuera la primera vez, de decirnos a besos “cuanto te extraño” y de saber que a pesar de todo eso, nada va a cambiar.

23 de diciembre, día 18.
Te compré un regalo de navidad, no porque lo merezcas, sino porque quiero que sepas cuanto te quiero, aunque al final las cosas sigan una vez más… igual.

24 de diciembre, día 19.
Bailar con la abuela, abrazar a las sobrinas, jugar con mi hermano, el beso de papá, el Dios te bendiga de mamá, los kilos de comida, los amigos, eso es felicidad… y pensar que pierdo tanto tiempo buscándola, incluso a veces, tontamente, te la adjudico a ti, pero la realidad es que aquí… tú ya no figuras.

25 de diciembre, día 20.
Navidad, algunos regalos y cruda, hay que ser muy hijo de puta para mandarme un mensaje de Feliz navidad sabiendo que eso me va a desbalancear. Afortunadamente no eres tan hijo de puta.

26 de diciembre, día 21.
Es festejo de mi mejor amigo, me dormí a las 10 de la mañana, esto también es felicidad.

27 de diciembre, día 22.
Uso tantos puntos suspendidos a la hora de escribir que ya los tengo marcados en la piel.

28 de diciembre, día 23.
No soy lo suficientemente pendejo para pedirte que te vayas, ni lo suficientemente valiente para pedirte que te quedes.

29 de diciembre, día 24.
Los mejores amigos de alguna manera hacen simbiosis… por ejemplo mi mejor amigo y yo solemos enamorarnos de patanes.

30 de diciembre, día 25.
Los puntos suspensivos, el suspiro del año, todavía me queda un día más para arreglarlo todo… o para terminar de cagarla por completo.

31 de diciembre, día 26.
Estuve a punto de desearte un feliz año nuevo… seguramente lo tendrás, no necesitas de mis deseos para tenerlo, así como no necesitas que te diga lo mucho que me duele para que lo sepas.

1 de enero, día 27.
Siempre me enamoro de personas enamoradas de alguien más, esa es la historia de mi vida, me enamore de alguien que está enamorado de tu ex… pinche suerte, en todo estas menos conmigo.

2 de enero, día 28.
Siento miedo de verte llegar al bar, veo a tus amigos y por un momento creo que llegarás y muero de miedo, pienso ¿Qué diablos me hiciste para ponerme así? Recapacito ¿Qué diablos me estoy haciendo que te permito ponerme así?

3 de enero, día 29.
El sexo es un buena manera de pasar las noches en vela, desafortunadamente no tengo insomnio.

4 de enero, día 30.

Sin esperar nada, te espero y llegas con todo… y nada, no hay nada.

5 de enero, día 31.
La herida deja de llamar la atención y de doler cuando ya no hay cicatriz, y por fuera ya no hay nada, por dentro tampoco, pero me gusta mantener viva la ilusión, la sensación, para después usarla a mi favor y si algún día regresas restregártelo en la cara, como capricho, como venganza.

viernes, 1 de enero de 2016

Tablas dijo el Carpintero (La historia de la abuela)

"Tablas dijo el carpintero" eso fue lo que mi abuela Juana (la materna) le dijo a mi abuela Rosalia (la paterna) en la boda de mis padres.

31 de diciembre:
Toca pasarlo en casa de Rosalia, la familia reunida, hijos, nietos y ya bisnietos, alcohol, cigarrillos, los primos más grandes hablamos de trivialidades y los tíos recuerdan viejos tiempos con las películas de las vacaciones familiares 95 y 98, mi abuela toda ataviada de blanco incluido su cabello me abraza y me dice "Me hace muy feliz que vengas a verme, ven más seguido, tu sabes que te quiero mucho" un poco de culpa me sube por las piernas y es que básicamente la veo cada año, le prometo que iré pronto y me da la bendición (no es necesario que ella se entere de que no creo en Dios.

1 de enero:
Visitar a Juana, familia reunida, hijos, nietos y hasta bisnietos, no alcohol, no cigarrillos, los primos más grandes... no tengo primos mas grandes de este lado, soy el nieto mayor, el primero, mi abuela toda ataviada de negro incluido su cabello me abraza, me jala el pelo, me hace cosquillas, bromea conmigo - cada día estás más culiseco -me dice, - Y ahora esa linea en el brazo - refiriéndose a mi nuevo tatuaje - Ya pareces preso, le voy a decir a tu mamá que ya no te deje hacerte esas cosas- Abuelita no he desayunado- le contesto para bajar su tensión, siempre funciona - Ándale siéntate te voy a servir - y me sirve un tamal rojo y uno verde, atole, café y una rebanada de chocoflan, pienso que la comida de Juana es la gloria.

Mi madre discute con su hermana y Juana me pregunta -¿Cómo esta tu abuela Rosalia?- viejita le contesto- me da un coscorron,
- Si ella está viejita yo también
- Pues si estas
Otro coscorron con jalón de cabello y meneado de cabeza incluido -Diablo de pendejo siguele y te voy a meter unas nalgadas, no me importa que ya estés bien grande- se le arrasan los ojos, disimula, se me arrasan los míos, no disimulo.

-Cuando estabas bien chiquito eras bien llorón (pienso que todavia lo soy) yo te cargaba en la noche para que te tranquilizaras, pero nada, pareciera que le tenias miedo a la luna (supongo que desde ahí viene mi nictofobia) una vez tu papá se levanto bien enojado y te metió 3 nalgadas, le deje de hablar una semana ¿Porque le pega a mi niño? le dije, pegandole no va a dejar de llorar. Le dije sus verdades a tu padre, ya sabes como soy.
Poquito después de que naciste se fueron a vivir con tu otra abuela, yo no quería pero mi hija ya tenia marido ¿Qué hacia yo? te me quitaron y se fueron allá donde trataban a Frida (esta es mi mamá) como criada, yo me enoje mucho, de por si nunca nos quisimos tu abuela y yo.
Cuando vino a pedir la mano de Frida me decía, usted tiene una hija muy buena, muy bien educada y que yo le contesto, "Ya sé bien como es mi hija, yo la parí, mejor hableme de su hijo, que ese si no salio de mi".

El día de la boda de tu madre, se para tu abuela Rosalia en medio del baile y grita "Comadre, vengase a bailar conmigo la de la palma (una canción de Antonio Aguilar) porque usted sabe que yo la quiero mucho y la respeto mucho, en ese momento que me paro y que le digo comadre, claro que bailo la palma con usted, pero acuérdese "Tablas dijo el carpintero" como yo le caigo, usted me cae, lo que usted me desea, yo se lo deseo a usted, así que mejor vamonos cayendo bien, después volteé con la banda y les dije orale pues, pónganse a tocar la palma, y ahí nos tienes a las dos baile y baile y haciendo chile con la cola las dos, pero ya que hacíamos, tu madre ya se había casado con Alfredo (este es mi papá).

Le pregunté a Juana si nunca había querido a Rosalia, me dijo que no tiene que quererla, que no es de su familia,
- A tú papá si lo quise pero luego salio con sus chingaderas, tu de seguro has de querer más a Rosalia.
-Así como soy Reyes soy Jiménez  y a las dos las quiero igual
-Haces bien, tu fuiste el que nos unió.

En ese momento me di cuenta de que soy un eslabón en la cadena de dos familias, no el único pero si el primero, me di cuenta de que antes de mi, Juana y Rosalia, las matriarcas de la familia estaban separadas y yo soy ese punto donde su amor converge, yo tengo en mi el amor de una y el de la otra y supongo que en ese punto... es donde estalla el universo.

Ven a visitarme más seguido, vienes una chingada vez al año -Me dice Juana- Te prometo que si voy a venir más seguido- le contesto - También visita más seguido a Rosalia, porque seguramente también la tienes bien abandonada, y nosotros no tenemos la culpa de que ya no podamos abrazarte cuando le llores a la luna.

Mis ojos se llenaron de lagrimas (justo como ahorita) y en un estado entre melancólico-feliz-burlesco-triste Juana me grita "Ay Óscar, tu siempre has sido un chillón".