miércoles, 31 de diciembre de 2014

La jodida nota del autor.

Los desalmados es una depuración, una búsqueda, un encuentro entre la realidad y la ficción y un reencuentro con el pasado imaginario. 

Siempre me he considerado un autor rosa, cursi y altamente romántico. 
Por otro lado siempre me ha llamado la atención el relato erótico, plasmar en letras esas sensaciones físicas tan viscerales, y tan primitivas  me resultaba sumamente complicado y sumamente atractivo. 
Escribí los desalmados esperando encontrar una parte de mi que aun no exploraba, esperando modificar mis costumbres, mi métrica, mi poética, mi lenguaje. 

Siempre quise escribir un relato erótico, por lo pronto hice estos 8.

Juzgue usted mismo estimado lector, ojala alguno le provoque algo, aunque sea asco.

Si usted es católico de corazón, conservador por convicción, homofobico por imbécil o mocho por tapatío, mejor ni los lea, no le van a gustar. 

Los desalmados están acomodados del 8 al 1, pero en realidad comienzan con el 1 y terminan con el 8, bueno, en realidad comienzan con el que usted quiera y terminan de la misma manera.

Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia, no se ofenda y no se ponga el saco. 

Creo que nunca dejare de ser un autor rosa, cursi y altamente romántico, pero por lo menos ya sé que hasta las cosas más sucias, las puedo volver hermosas. 



Oz.

Los Desalmados Ocho.

El Maullido. 

Finalmente él.
El fantasma.
El León.
El Maullido.

Lo soñé, y lo conocí y me enamore como nunca creo pueda enamorarme de nadie más en toda mi vida.

Lo sé, sé que he dicho eso 7 veces anteriores, pero llega un día, en el que algo sucede, en el que te topas con unos ojos verdes, tristes, profundos y hermosos, unos ojos verdes que son capaces de anularlo todo.

Lo único que sabia de él, era que tenía los ojos verdes y un culo de sueño, blanco, lampiño, redondito, duro y mordible. Y nos citamos en una plaza, él llevaba un encargo para mi y yo llevaba todas las ganas de conocer al hombre con el que tengo la mayor afinidad del mundo, al hombre que descifró mi tatuaje con sólo verlo una vez, al hombre que también sufre de insoportable levedad del ser, al hombre que quería cogerme por el resto de mi vida.

Ahí estaba, sentado, en una banca verde que combinaba con sus ojos, chamarra de cuero, botas, jeans rotos, cabello despeinado, y un gatito en los brazos.

Jamas, me había enamorado a primera vista, jamas había sentido mariposas en el estomago por nadie, jamas había tenido una erección tan fuerte al sólo cruzar una mirada.

4 veces lo volví a ver.

Esta no es una historia de amor, ni un relato erótico.

Esta es una patética historia de como me enamore de un ser del cual aun me pregunto
¿Es real?

A él no le robe nada, ni siquiera un beso.
Él me robo el tiempo, el corazón, el aliento y el alma.

Yo por él ya no puedo escribir ninguna ridícula historia de amor.

Yo por él  también soy un desalmado.


domingo, 28 de diciembre de 2014

Los Desalmados Siete

El Espíritu. 

El destino ya nos había presentado en otras ocasiones... o por lo menos eso dice.
Estábamos, de alguna extraña manera, destinados a estar juntos... o por lo menos eso dice.
Me ama... o por lo menos eso dice.
Sólo lo quiero para coger... o por lo menos eso dice.

Nuestro primer encuentro fue en un hotel barato cerca de Bellas Artes, yo estaba de visita y el estaba ahí por mi, dormimos juntos, desnudos, su espalda contra mi pecho y nuestros pies entrelazados, le bese las manos, le quería hacer el amor.

Lo conocía de antes,
de otras vidas,
de otros tiempos,
de otros mundos...
de twitter.

Pasó un largo tiempo de sólo vernos y querernos, tal vez nos queríamos más de lo que nos veíamos o tal vez sólo queríamos prolongar el momento.
Un día le dije,
"Terminé con él",
sonrió,
me quito la playera,
"No me hubieras dicho eso". 

Acto seguido se pego a mi cuello,
lo lamia,
con furia,
como si lo hubiera deseado desde hace muchas vidas,
bajo por mi traquea dando pequeñas succiones,
comenzó a besarme el pecho,
parecía que quería quedarse allí para siempre,
jugaba con mis pezones y eso me ponía loco,
me tocaba los brazos,
me acariciaba las piernas,
seguía chupando,
mi abdomen,
mis costillas,
mi pelvis,
pasaba su lengua por mis estrellas,
como si supiera de otras vidas que ese punto me pone sublime,
 yo estaba mojado,
empapado,
como si yo también hubiera estado esperando ese momento de otras vidas;
me quitó el cinturón,
me desabotono el pantalón.

-Espera.
- No.

Su lengua,
su bendita lengua jugando con mis testículos,
con mi entrepierna,
con mis ingles,
succionaba de uno en uno y eso me volvía mas loco,
recorrió con su lengua todo mi tronco,
vena
por
vena,
y yo me retorcía,
como si me estuviera exorcizando todas las vidas en las que no habíamos estado juntos,
llego a mi glande,
lo beso,
lo lamió.

Lo empuje -voltéate- le dije, lo tomé de los hombros, lo puse en cuatro, le lamí la nuca, los omóplatos, la espalda baja, el coxis, el culo. Sus nalgas, mordía sus nalgas y las arañaba como poseído por un espíritu que ansiaba salir, abría sus nalgas y metía mi lengua entre ellas, quería llegar al fondo con mi lengua y jugaba y mientras tanto el gemía, era una postal preciosa, yo sólo podía  ver sus hombros sobre sus nalgas y disfrutaba del sabor de tantas vidas que nos separaban, me hinqué, se la metí.

Terminé.
Terminó.
Terminamos.

- Nos la debíamos.
- De otras vidas.

No le he robado el alma.
Sigo en proceso.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Los Desalmados Seis.

El que no se mueve. 

A mi me gustaban sus ojos.
A mi me gustaban sus labios.
A mi me gustaban sus brazos.
A mi me gustaban sus manos.
A mi me encantaban sus nalgas.

A él no le gustaba mi cabello.
A él no le gustaban mis tatuajes.
A él no le gustaban mis manos.
A él no le gustaban mis orejas.
A él no le gustaba tanto.

Pero cogíamos "bien", el lo disfrutaba, siempre atrás, siempre arriba, siempre  adentro, siempre en un motel, un motel caro.

Muévete tú, tócame tú, él era el perfecto activo-pasivo. Arriba de mi, soplando mi nuca, gimiendo fuerte, la tiene grande, me dolía, pero aguantaba, por que me gustaba, me gustaban sus gemidos y sus gestos, me gustaba que apretara los labios y cerrara los ojos como si fuera un escape, me gustaba pensar que si él los abría y me miraba mientras me cogía se conventiria en piedra y creo que él pensaba algo similar, me gustaba que él no hiciera nada, que sólo se sentara en la cama y se pusiera el condón para que yo lo montara y brincara con su pene adentro, me gustaba sentir mis nalgas chocando en sus caderas y que de vez en cuando me besara la espalda, me gustaba que me apretara el culo, que me tomara de la cintura, que me acariciara el cuello, me gustaban sus axilas y a el le gustaba lamer las mías, me gustaba que me besara y me mordiera el labio inferior mientras me-penetraba-duro-a-manera-de-estacatos, me gustaba pasar mi lengua por todo su cuerpo y detenerme a lamer sus pies y que después me dijera "No mames nunca me habían hecho eso", me gustaba mamársela y acariciarle las nalgas al mismo tiempo y que después se viniera en mi boca y sentir su semen caliente y dulzón a manera de espuma bajar por mi garganta y que yo no dejara caer ni una sola gota, me encantaba ver su cara después de hacer esto porque era una mezcla de excitación e incredulidad, era una pelea entre su deseo y su moral y eso me encantaba, me encantaba verlo disfrutar del sexo más de lo que se lamentaba, me encantaba ver el momento en el que se venia adentro y abría los ojos y como en sus ojos se proyectaban al mismo tiempo el buen cristiano que debería ser y el depravado que estaba descubriendo el sexo bien hecho, porque si, yo lo hago muy bien.

Sólo una vez me dejo metersela, no fue agradable, ni para él, ni para mi, ni siquiera se me paro bien, no me excite, no vale la pena describirlo.

Me terminó. Nunca le gusté tanto.

Le robe el alma, aquí la tengo y ahora me la cojo yo.

jueves, 25 de diciembre de 2014

Los Desalmados Cinco.

La Rata 

En el campo de la pornografía, lo sexual, lo sucio, lo vouyerista, él iba muchos orgasmos por delante de mi. Él 19 y yo 23,  4 años mayor y él ya había vivido y experimentado cosas de las que yo, aún me considero en pañales.

No sé si me enamore, lo que sé es que olvidé el amor pasado y la herida fresca, olvidé porque tenía enfrente lo prohibido, lo irreal y lo que posiblemente siempre quise ser.

Me hice amigo de su madre, siempre me hago amigo de sus madres, soy el "compañero perfecto" servicial, atento, en ese entonces estudioso, responsable y una buena influencia para el hijo depravado que no se sabe si salió a su padre, o a ella misma.

En el fondo no dejaba de ser un niño, le gustaban los vídeo juegos y aun le sorprendía sentirse protegido, se emocionaba con los regalos de navidad y coleccionaba muñecos de peluche, yo iba a su casa, jugábamos Mario Party en el Wii, cada uno jugaba durante una vida y si perdía, seguía el turno del otro, la mejor manera de que alguien perdiera era meterse la verga del jugador en turno en la boca del jugador en reta, así que cada uno ponía su mayor empeño en no perder para tener la boca del otro pegada a su verga durante más tiempo, el juego terminaba cuando uno de los dos se venía o cuando llegaban sus papas y si, siempre estábamos o estudiando o arreglando su cuarto.

Siempre después de mamarmela jugaba con mis testículos, le encantaban, decía que nunca había visto unos tan grandes, peludos y llenos, me pedía hacerles una sesión de fotos con su polaroid instantanea.
Nunca lo dejé.

Un día falleció un familiar de él, no recuerdo exactamente cual y es que la verdad no me importaba, lo visité para jugar Mario Party una vez más, "Mi mamá no se va, van a rezar el novenario aquí en mi casa, 9 días de rezos en el piso de abajo y mientras no podemos jugar Wii".

Nos quedamos a estudiar en su cuarto, abajo rezaban, arriba, él se hincaba.

Abajo - Padre nuestro que estas en los cielos...
Arriba - Bájate el short.
Abajo - Venga a nosotros tu reino...
Arriba - Ponlo en mi boca.
Abajo - Danos hoy nuestro pan de cada día...
Arriba - Que lo sienta en la garganta.
Abajo - Libranos del mal...
Arriba - Quiero ser tu puta.
Abajo - Dios te salve Maria...
Arriba - Echamelos en la boca.
Abajo - Llena eres de gracia...
Arriba - Lléname la boca.
Abajo - Ruega por nosotros los pecadores...
Arriba - Ya vente.
Abajo - Ahora y en la hora de nuestra muerte...
Arriba - Ahhhhhh men.

¿Rezamos mañana?

Rezamos durante 9 días, su mamá se sentía contenta de que estuviera estudiando con él y haciéndole compañía en esos momentos de perdida. La verdad es que él no lo sentía, él no sentía nada, se burlaba de su madre, de su padre, de mi y de él mismo.

Niño suicida, afeminado, debilucho, adicto al sexo, puta, cerda, rata y otras tantas virtudes que tenía. Se ha hecho viejo, perdió el encanto.

Aun no encuentra su alma, no se la robé. No tenía.




viernes, 21 de noviembre de 2014

Los Desalmados Cuatro.

El Aceite. 

Caliente,
caliente,
caliente.
Como aceite hirviendo.

Primero me dijo "métemela" antes de decirme "te quiero".
Fue un día caliente en plaza publica, el contacto fue vía internet, nos vimos, fuimos a comer y platicamos de trivialidades -Nos podemos quedar en casa de unos amigos- dije. La respuesta fue si. El venia de lejos, un pueblo a la orilla de la ciudad donde el placer del fin de semana se resume en subirse a la "troca" y dar el "rol".

Ese día se la metí y al parecer se enamoro y no lo voy a negar; yo también.

Una semana después nos hicimos novios, yo me le declare, mi falsa moral me carcomía de pensar que me estaba cogiendo a un hombre con el que no tenía una relación formal.

Casi 2 años duró este montaje. Nos veíamos cada fin de semana porque como dije antes, él vivía lejos y cada que nos veíamos cogíamos 4 veces el sábado y 3 el domingo (para reponer el tiempo perdido en la semana). En la regadera, en la cama, en cama de mis papás, en la sala de su casa, su patio, su cocina, en mi estudio, en casa de mis amigos, en mi azotea, en todos lados donde nos quedábamos solos cogíamos.

Me encantaba ponerlo en 4 y es que en esa posición sus nalgas formaban un maravilloso corazón que chocaba contra mi pelvis produciendo sonidos que parecían latidos y sus gemidos, porque vaya que gemía, y sus "te quiero" quedito que hacían una agradable melodía mientras mis testículos rebotaban contra sus nalgas haciéndole armonía a todo lo que decía. Después se la sacaba y se la metía por la boca, y el se la comía, se la comía completa y parecía que con cada chupada quería sacarme no sólo el semen, si no el alma, y cuando me venía a chorros, al parecer lograba lo que quería, pequeños hilitos de mi alma salían por mi uretra junto a montones de caliente y espeso semen que terminaba chocando contra las paredes de su garganta y que él terminaba por saborear como si fuera fruta en almíbar.
-Sabes delicioso- me decía y después me daba un beso que a mi me resultaba asqueroso pero que a él lo ponía más caliente, como aceite hirviendo.

Un día me lo dijo, se atrevió, me lo pidió y yo acepte, de repente era yo el que estaba boca abajo y el encima de mi -Hazlo con cuidado- le dije -Es mi primera vez por ahí-.
Y tuvo cuidado, y me la metió, suave, suave y duro y suave y duro y me volvió a voltear y esta vez mis piernas estaban en sus hombros y el me miraba con esos ojos cafés, con los ojos cafés más lindos que me han mirado y yo lo tenía adentro, por primera vez en mi vida tenia un pedazo de carne de alguien más dentro de mi, por primera vez sentía lo que habían sentido otros tantos anteriormente, por primera vez era yo el invadido y no el invasor. Y me gustó y me volví loco y gemía yo también y su falo venoso entre mis nalgas se abría espacio cada vez más cómodamente, como un conquistador que llega a tierra ajena y clava su bandera -Te amo- le dije.

La pendejada más grande que puede cometer un hombre es decir "Te amo" primero.

Después de eso nos turnábamos, 3 de las 7 veces él me la metía a mi.

Un día, decidió cambiar la leche del joven berrendo que se transformaba en un alfa de manada, por una leche más añeja y vieja de toro sin chiste y cresta caída. 

Y el berrendo le rogó, se le hinco, se humillo, le entrego su cresta joven, nueva y hermosa, la puso a sus pies y agacho la cabeza, pero el toro viejo tenia más tierras, más pasto y más lujo. 

Yo, el berrendo, el humillado, el triste, el tonto, el iluso, el engañado, el descornado, el cone. Me fui. 

Nunca había llorado tanto.

Ese día en el piso, pisoteada y mojada se quedo una parte de mi alma y al mismo tiempo yo me traje arrastrando la de él. 

domingo, 16 de noviembre de 2014

Los Desalmados Tres.

La Boya.

Lo conocí en internet.
 una semana después lo lleve a dormir a mi casa, yo ya vivía sólo y no tenia que entregarle cuentas a nadie, apenas haba pasado un año del "hippie" y mi alma seguía herida, mi corazón destrozado y mi cerebro atorado.

Y entonces llego él, con su cuerpo de niño y su cara dulce, con esos aretes en el rostro que le daban un aire más que de rudo, de tierno, un niño perdido, blanco, lampiño, hermoso, su miembro era lo único que comprobaba que ya era un hombre.

Lo bese, lo bese y lo abracé como nadie, quería colgarme de él para siempre, quería salvarme, necesitaba de alguien que me sacara del charco en el que me estaba hundiendo y llego el, se desnudó, me beso, me beso todo el cuerpo, me la chupo como nadie, la metía toda a su boca y se provocaba arcadas, las arcadas mas tiernas y al mismo tiempo las que me hacían sentir mas culpable, porque mientras el chupaba, yo pensaba en otro, mientras me besaba, yo pensaba en otro, mientras me lo cogía, si también, yo pensaba en otro.

Nos hicimos novios, más que por amor, por necesidad de saberme propiedad de alguien, ahora ya no creo en eso, pero en ese entonces me necesitaba saber que le pertenecía alguien y que alguien me pertenecía a mi, y él, él me pertenecía todo, sus pies, sus piernas, su cuello, su cabello despeinado, sus manos, su cintura, su verga y sus nalgas, nalgas que mordía a mi antojo, que apretaba y que dejaba rojas, sangrantes.

Una mañana, al despertar lo besé y lo besé como nunca porque justo acababa de soñar con el otro y quería, tontamente, materializarlo en él. Fue la primera vez que lo bese cerrando los ojos, fue la primera vez que me lo cogí con luz, lo puse en cuatro, me puse el condón, le escupí el culo y se la metí, un vaivén desenfrenado; yo hacia gala de mi condición de macho, de bestia, de maquina de testosterona, y sudaba, sudaba montones, y el gritaba y gemía y eso me calentaba más y le jalaba el cabello y gritaba más y le tapaba la boca y el gritaba más, y lo nalgueaba y el gritaba más y eso me ponía más y más caliente y el comenzó a clavarse sólo, comenzó a moverse hacia adelante y hacia atrás y yo hacia lo mismo, y la penetración era cada vez más intensa y más profunda y el se hizo hacia el frente y yo retrocedí y entonces le propine la metida más profunda y dolorosa de mi vida, primero porque yo no quería estar cogiendomelo a él, yo quería cogerme a otro, a ese otro con el que acababa de soñar  y segundo porque algo trono, no fue el condón, no fue su corazón.

Sangre, sangre en mi abdomen, sangre en sus nalgas, sangre en el condón, sangre en el cuarto. Mi pene estaba roto, era como un castigo, un castigo por usarlo así, un castigo por usar a alguien como una boya.

No me arrepiento, lo necesitaba y el estaba ahí, él fue la victima, el fue el juego, la boya.

A él también le robe el alma y esa es la única que de vez en cuando al verla... todavía me remuerde en la conciencia.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Los Desalmados Dos.

El "Hippie"

Y comienzo diciendo que lo amé, que lo amé como nunca creí amar a nadie, que lo amé tanto que ya hace 7 años que se fue y aun lo pienso y hasta cierto punto le extraño.

Le escribí cartas, le jure adoración, le llame "El amor de mi vida".

Era "Hippie", iba al cine en pijama, le gustaba la manta y se movía por el mundo predicando "amor", a todo el mundo le daba amor, menos a mi.

Lo despedí en un árbol, lo enterré. Los regalos, la suerte, los discos, los libros, la ropa, los recuerdos, los llantos, el perdón, el rencor, todo.

Mi mamá me dijo "Lo extrañas tanto porque nunca te lo cogiste".

-Noviembre 10.
-3 días de novios
-La azotea de mi casa.
-Besos, muchos besos, su saliva me escaldaba, me partía los labios y me dejaba un picor en la garganta, nunca he probado saliva parecida, desde ese momento debí persuadir que sólo me haría daño, pero no me importo, me la bebí, me la bebí toda y me quemaba y no solo su saliva, su cuerpo, su velludo cuerpo; nunca me han gustado los velludos pero él... delgado, alto, ojos verdes y muy velludo; podía pasarme horas perdido en su pecho, su abdomen, sus nalgas, su verga que sólo conocí de vista. Tuve una erección, cada que me besaba tenia una erección, lo notó, me toco, "estas feliz" me dijo, -claro que estoy feliz cabrón, eres un sueño, eres mi sueño- pensé, se agacho se puso de rodillas, se lamió los labios con esa saliva escaldante, me beso por encima del pantalón, yo me volvía loco, me abrió el botón.
-Espera.
-¿Que?
-Aquí no, no así, no quiero que sea así, quiero que sea especial.

PendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejo

Lo hubiera dejado, hubiera permitido que me la mamara y le hubiera llenado la boca de semen, y hubiera deseado que mi semen le quemara la garganta y le escaldara la lengua de la misma manera en la que su saliva lo hacia con mi boca.

Hijo de mami, dos intentos de secuestro y niño de closet, nos veíamos 45 minutos a la semana, 30 minutos los martes y 15 los jueves, y yo aprovechaba porque el era "hippie" y sus pantalones estaban rotos, la mayoría de la entrepierna e íbamos al parque que estaba frente a su escuela en lo que su papá llegaba por él y yo metía mis dedos en su pantalón roto y sentía como aumentaba su temperatura y sentía crecer su pene entre mis dedos y sentía sus testículos velludos respondiendo al tacto de las yemas de mi dedo indice y mi dedo medio y a veces bajaba más los dedos y jugaba con su perineo y él se ponía loco y quería hacerlo ahí en el parque.
-Espera.
-¿Que?
-Aquí no, no así, no quiero que sea así, quiero que sea especial.

PendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejo

-5 de diciembre.
-Mi cumpleaños.
-La FIL.
"Te regalo 2 rosas una amarilla por tu cumpleaños, una roja porque te amo."

YcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaíYcaí

-24 de diciembre.
-Navidad.
-Mi casa sola.
-Le dije a mi mamá que iría con fulanito (su mejor amigo) a llevarle su regalo, tengo 10 minutos, vine a darte un abrazo y a decirte que te amo.
-Chupamela.
-¿Ahora?
-Es navidad, es especial.
Me la chupo, se pego cual becerro recién nacido a la ubre de su madre. yo lo veía, abajo, velludo, con su saliva escaldante escurriendo por mi falo,
-Ya vente, Ya vente.
-Celular.
-Mi mamá, me esta esperando.
-Beso en la boca, con precum y saliva escaldante.
- Te amo.

Terminamos en enero él "no estaba preparado para tener novio" dijo. "La situación en casa está difícil, ya les dije de nosotros" dijo. "Tu hermana y mi primo tienen un bebé juntos, nos seguiremos viendo, somos familia" dije. "Si, pero no ahora, tal vez algun día podamos regresar y amarnos otra vez" dijo. "Ojala". Dije.

PendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejoPendejo

7 años después, a veces sigo esperando ese día.

A él no le robé el alma, pero de cierto modo, él se quedo con la mía.



martes, 11 de noviembre de 2014

Los Desalmados Uno.

La estrella del cine.

La primera vez que me enamore fue en una sala de cine.

El trabajaba ahí y yo también, él era el favorito, el típico lambiscon de los altos mandos, al que siempre le pagaban más y que siempre era elegido "Empleado del mes".

Y un día me lo cogí, salvajemente, en su casa, con su abuela en el cuarto de abajo, con unos condones SICO que me costaron 39 pesos y que justo había salido a comprar esa mañana porque la noche anterior me rogaba que se la metiera.

Me lo cogí un montón de veces, yo tenia 17 años y el 19, con el conocí el amor de cama, lo hicimos y lo hicimos y lo hicimos.

Y rompimos, fue en un bosque, estábamos solos, sólo él y yo en esa cabaña que olía a odio, a despedida y a desamor. El reclamaba que le había sido infiel y esta vez no estaba equivocado.

Nos gritamos, me pegó, le pegué, hubo sangre y cogimos.

Cogimos como nunca, con la rabia en los ojos, con la fuerza en las uñas y nos besábamos y nos mordíamos los labios porque queríamos destazarnos vivos, porque queríamos saber cual de los dos le haría mas daño al otro, y me encajó las uñas y no usé condón y se la metí duro y fuerte, no tuve consideración y él gritaba y yo le tapaba la boca y él me volvía a morder los labios y yo le quise arrancar la lengua y el ponía sus manos en mi pecho y me gritaba "Salte de mi, bestia, salte de mi" y a mi me valía madre y lo embestía, lo embestía como un búfalo joven que ataca al macho alfa para que sepa que ya no es él el que manda.

Y me volvió a besar y me escupía y las embestidas eran mas fuertes y las sensaciones mas extremas y ya no sabia si era mi sangre la que tenía en los labios o era la de él, una mezcla de saliva, sudor y sangre en la boca, el cuerpo adolorido, las uñas en la espalda y en las piernas.

Me vine, me vine adentro, chorros y chorros de semen ácido, agrio, semen lleno de odio, de vete a la verga, de "yo-ya-no-te-a-mo".

Y lloramos, lloramos los 2, como niños regañados por mamá, llorábamos cargados de sentimiento, conmovidos, destrozados, confundidos, poseídos y tristes, muy tristes. No llorábamos por las heridas ni los golpes, llorábamos al saber que esa tarde habíamos tenido la mejor cogida de nuestras vidas y aun así, ya no sentíamos nada.

Ese día le quite el alma y me la cogí a ella también. 

viernes, 7 de noviembre de 2014

No es tan difícil decir gracias.

Tuve un deseo.
Deseaba entrar en esa fiesta.
Con el mismo traje que hace un año.
Con el mismo corte de hace un año.
Con el mismo amigo que hace un año.
Tuve un deseo.
Dejarte frío.
Dejarte pasmado.
Dejarte.

Siempre recordabas tantas cosas, pero nunca recordaste ser agradecido y si, por eso rompimos.

jueves, 31 de julio de 2014

Otra vez es Leo.

"Con el alma en los labios te vengo a decir, si tú me quisieras como yo te quiero, por toda la vida no habría de quedar amor para nadie, ni en el mundo entero, ni sobre la tierra, ni abajo del mar..."


Otra vez es 31 de julio, otra vez es Leo, otra vez el Maullido...  

martes, 24 de junio de 2014

"V" de "Vuelta"

Después de la ceguera, se caen las vendas. Las palabras contenidas después de tantos soles, de tantas lunas, por fin se acumulan nuevamente debajo del mentón y como sigo siendo un cobarde prefiero canalizarlas a mis dedos, por que aun no se me da eso de gritar, prefiero escribir y que la tinta salga, es una especie de limpia, un ritual que uno debería de hacer cada tanto cuanto tiempo.

Ahora suena Lana del Rey y no sé si sea casualidad o sólo una premonición pactada tiempo atrás.

No estoy triste, de hecho me sorprende escribir en este estado, la depuración casi siempre viene después de una mala experiencia, pero esta vez no. Esta vez no depuro, esta vez aprendo, capto, recibo, medito, asimilo, asumo, presento, valoro y transformo, todo eso,  en la cantidad de tiempo que dura un parpadeo; uno de esos que te hacen soñar al ir caminando y que te provocan bailar en el transporte publico.

Reflexiono, reflexiono sobre ti, sobre mi, sobre él, sobre ellos, sobre los pasados, los presentes y los futuros intentando ubicar esta vez en donde estuvo el tropezón y en donde no volver a caer.
En la vida he tenido varios aprendizajes, varios gritos de guerra que no se me olvidan, que cicatrizan y que transformo en mantras sagrados que intentan proteger mi ser:

-Un error fatal es guardar solamente los días mas gratos y olvidar los demás.
-Las personas no son salvavidas.
-La felicidad de uno no siempre es la de dos.
-Nadie tiene derecho a quitarme las cinco de la tarde.
-Es de mala educación enamorarse sólo.

Esta vez no he terminado de concretar mi aprendizaje, creo que es un poco la combinación de todos los anteriores y un poco una nueva visión, una más madura. Han pasado 25 inviernos desde la primera vez que derrame una lagrima y eso mal que bien, te curte aunque como ya lo dije anteriormente, "lo que no me mata tampoco me está haciendo más fuerte". 

Aquí estoy, una vez más, después de muchos ayeres y antes de muchos mañanas, visitando este espacio que de una u otra manera se transforma en mi "Caja de Pandora" y que a pesar de ser un gato cuido como un cerbero.

Finalmente pienso que el problema fue que nos enamoramos de nuestras flores y no de nuestras raíces, entonces cuando llego el otoño, ya no supimos que hacer.