jueves, 7 de noviembre de 2013

Fugacidad.

Probar siempre es tentador, 
pruebas sabores, olores, colores, texturas, 
algunas grises, algunas duras. 

Probar es fácil, 
si te gusta te quedas, 
si te disgusta te alejas. 

En ocasiones pruebas veneno,
su sabor amargo resuena más en el alma que en el cuerpo, 
te hace sentir miedo, estar alerta, desconfiar y dudar. 

No es fácil comenzar de cero 
cuando hay cicatrices de por medio. 
No me escribas versos, 
ni intentes hacer poesía, 
no si después de cierta fecha se te olvida, 
no intentes enamorarme con metáforas o en clave, 
que sigo sin entender cuando la palabra es amable. 

Dos cuerpos no pueden ocupar un mismo espacio, 
y en tu morada aun hay residuos de pasado. 

No lo tomes a mal, a veces creo que me he enamorado, 
después te me olvido y todo pierde sentido, 
cuando vuelves me enloqueces 
pero no terminas de tenerme, 
por una situación u otra 
la oxitocina se te agota 
y una vez mas te alejas 
como esperando de otro lado respuesta. 

No sé si soy cobarde 
o si muero de tristeza, 
no me escribas mas poemas porque ya no creo en las letras.

Escrito fugazmente un 3 de septiembre y encontrado para siempre un 7 de octubre.