jueves, 25 de octubre de 2012

¿Y yo?

-Los hombres no se vuelven para mirarme- Me dijo él, y lo miré, lo miré incapaz de comprender lo que dice, lo que quiere decir. ¿Esta triste porque los hombres no se vuelven para mirarlo?

Quiero gritarle: ¿Y yo? ¿Y yo? ¿Yo que te he buscado por kilómetros de ciudad, yo, que he gritado tu nombre llorando y que soy capaz de seguirte por todo el planeta? 

Pero no lo digo. En cambio, repito, lentamente, en voz baja, las palabras que él acaba de pronunciar:
-Los hombres no se vuelven para mirarte. ¿Es eso realmente lo que te pone triste?...

Y así comencé a llorar.