domingo, 26 de febrero de 2012

La primer vez que maté a un hombre

Hace un año estábamos juntos recuerdas, sentados en esa sala blanca comiendo de esos rollitos chinos hechos por un doctor y tomando cerveza, los cigarrillos invadían nuestras manos y encendíamos 1 cada 10 minutos, estábamos contentos por que la Portman había ganado a mejor actriz y fantaseábamos con el día en que yo estaría allí recibiendo uno y tu a mi lado aplaudiendo, - Te lo voy a dedicar- te dije - Por aguantarme tanto.-
Tomaste mi cara y me besaste, me felicitaste porque ese mismo día yo había ganado un premio en iluminación en otro lado, quien iba pensar que un año mas tarde iba a estar en esa misma sala, comiendo rollitos chinos elaborados por el mismo doctor, bebiendo cerveza y encendiendo cigarrillos pero sin ti.
7 meses después, te maté, me mataste, nos matamos.
Recuerdo la escena como si hubiese sido ayer, pero ya pasaron 5 meses de aquella tragedia anunciada.
Yo estaba allí, incado, mis rodillas pedían clemencia y mis ojos se cerraban del cansancio, el aire no lograba llegar de lleno a mis pulmones y comenzaba a hiperventilar, había llorado 3 horas seguidas, pude haber llenado un rió con las lagrimas que ese día derrame por ti, tu estabas sentado me mirabas y parecía que en tus ojos se movía algo "Ya no te amo" dijiste y yo, lloré mas.
Ese día buscaba un milagro, un poco de empatia, un poco del amor que por mas de un año me juraste y que en 11 días habías mandando al carajo, tus ojos no mentían, tu cuerpo tampoco, te conozco tanto que a esas alturas ya no podías mentirme, me humillaste, me lanzaste el veneno mas letal que pudo haber salido de tu boca, te mofaste de mi y lo peor de todo, me mentiste, te mentiste. Me miraste vulnerable, una manera desconocida para ti y que de seguro disfrutaste tanto como las noches que pasabas conmigo. Estoy seguro de que todos tus amigos se enteraron del evento y se rieron de mi, una vez mas te reíste de mi y para tu desgracia fue la ultima vez.
Me levante, mis piernas estaban entumecidas y mi cuerpo estaba débil, no tenia fuerza para volver a casa y tu, solo mirabas.
Fui al baño, regrese, estabas esperando mi partida mirándome de la manera mas cruel que se pueda imaginar, me acerque y te bese, me besaste, tus labios sabían diferente, tenían un hedor a viejo, ya habías besado a alguien mas, ya habías estado con alguien mas, entonces lo supe, lo dijiste "Tu nunca me podrás dar lo que el me da." Te volví a besar, esta vez me abrazaste y tus labios se acomodaron a los míos como antes, cuando te separaste dijiste -Por favor, no me confundas.- Confundirte? No, tu no estabas confundido, tu sabias que querías estar conmigo, pero como dicen por allí, el dinero todo lo compra y a ti, te compraron muy barato. Camine rumbo a la puerta comencé a sentir un impulso, una descarga de adrenalina inexplicable, di media vuelta y como quien aplasta a una cucaracha, te maté.
La sangre cubría el piso, estabas desangrado, estabas inerte, estabas muerto, me lave las manos y la cara y volví a casa.
Las piernas me dolían, el cuerpo me dolía y estaba muy cansado.
Te mentiría al decir que lamento tu perdida, pero de algo estoy seguro, nunca voy a olvidar la sensación de suciedad que se siente terminar con una vida, todavía me tallo 3 veces intentando sacar tu olor de mi piel, todavía tengo pesadillas con tu rostro ensangrentado. A veces me alegro de haberlo hecho, otras veces me siento culpable, otras simplemente me vales madre.
Hoy mientras estaba sentado en esa sala blanca me acorde de ti, llegue a casa a bañarme, tu olor otra vez me invadía, tu sangre, otra vez la sentía. Hoy fumándome un cigarro te recordé y recordé el día en que por primera vez había matado a un hombre.

No hay comentarios: