sábado, 24 de diciembre de 2011

Amar al sol

Nunca en la vida me han gustado
ni el mar, ni el sol
culpen a los genes, culpen a la dermatitis.

Tener una capa menos de piel significa no poder asolearse, ni estar en contacto con el agua por mas de 5 minutos además de  usar bloqueadores y jabones especiales de por vida.

Siempre renegando del sol, siempre renegando del mar, siempre renegando de la playa en la que se encuentran uno con el otro.

No tengo memoria de como fue, no me interesa como, no tengo intención de saberlo, solo sé que paso.
Un día aprendí a amar al sol.
Un rayito de esperanza en la mañana,
un rayito de alegría en los momentos tristes.
Un día aprendí a amar el mar.
un mensajito de aliento
un abrazo que dice mas que mil palabras,
Tequila, tabaco y hierba buena.
Películas, risas, llanto.
2 de Noviembre, sábados y domingos de Septiembre, años nuevos y bisiestos.
Joaquín Sabina y Enrique Bunbury me incitaron al amor, los Tacvos me lo confirmaron, Guanajuato y las Flautas Mágicas me lo reforzaron.

El teatro tiene la culpa de que algo tan nocivo para mi salud se convirtiera de un día a otro en algo necesario y amado no solo para mi cuerpo sino también para mi alma, mente y sexto sentido.
El teatro del mar, el teatro del sol.
Ahora solo puedo escribir letras de amor hacia estos 2 elementos.
Ahora agradezco a un dios, a una vida, a un destino.

Tengo 23 años pero tengo conciencia de que hace 25  se escribió una historia, una en la que una gata sintió amor por un caballito de mar, una en la que 2 vidas estaban destinadas a encontrarse, de que a pesar de que un puerto se opusiera al encuentro, al final se hizo justicia y la gata y el caballito de mar se encontraron para nunca dejarse, una historia de colores fuertes, de momentos tristes y de opiniones encontradas.

20 minutos para escribir, una vida para demostrar que yo amo al sol.
Al mar y al sol.
A Marisol.

Feliz cuartito Luz de mi vida y olas de mi alma!


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