Otra vez aqui, esperando. Camino de la computadora a la tienda y me revuelco en el puff en el que leo. Acaricio a la araña y le doy de comer si se pone inquieta. La sandia en el vaso de agua fresca me sonrie y dejo que me seduzca. En la casa de al lado tienen fiesta desde que inicio la epidemia de la influencia. Me fumo un cigarro.
Ya le di dos vueltas a los periodicos. Ya vi que en la tele anunciaron tres refritos, cuatro churros y el noticiero, que es como todo lo anterior pero mas decepcionante. El libro que abri es el mismo que ayer, paginas antes. Apague el celular pero no pude resistir... volvi a encenderlo. No creo que llamen, que me lancen piedritas en el vidrio o que me visiten sin avisar. Pero lo espero. La lata de arizona de limon que me tome ayer me observa dar vueltas en la silla, y sin hacer un gesto se lamenta mas que yo por esta penumbra. Escribo una palabra y me pongo alegre porque tengo con quien platicar. Las palabras tienen forma de hombre no importa si empiezan con eme, con zeta, con te o con erre. Imprimo esa palabra al centro de una pagina en blanco para escuchar un ruido diferente al mio. Me alegro tambien de que un cerillo nuevo se enciende con la punta roja de mi cigarro. Deposito los cerillos en el cenicero sin darme cuenta para que suceda. Y sucede. Y lo aprecio.
El amor tendria que sumar menos de dos. El amor deberia ser cualquier cosa, menos la espera. El amor es todo lo que hace daño.
Escojo fruta y se pudre mientras pienso en ti. Tengo en el refri solo pan, salchichas y mostaza porque pienso en ti. Voy al baño porque pienso en ti y si ya no quiero estar alli, tambien. Porque te pienso me despierto en la mañana y me visto, me arreglo la barba y respiro, tomo un taxy o el tren y observo por la ventana porque estaras por alli. Esperas el camion, eres el chico que toma el telefono publico y el que me hara sonar el celular. Llegas en cada correo electronico, eres el unico spam que aprecio y la primer foto que se carga en internet.
Vuelvo a casa porque pienso en ti. Pido una pizza y quiebro unas nueces porque pienso en ti. Pongo palomitas en el microondas porque tu nombre suena en la matraca de maices reventando. Cierro la puerta despacio para no despertarte porque habras llegado cuando no estoy. Pero no. No llegaste. Miento, tampoco lo espero.
Entonces pienso en ti y agarro fuerzas otra vez para volver al puff en el que leo, a la computadora, a la tienda, a la tele que es boba, al mismo libro que ayer, a los periodicos, a mi vida que es una rutina porque le da metodo a la espera.
La suma del amor deberia ser igual a cero., pero no lo es.
No me llames. No vengas. No pienses, como lo hago yo. No vivas, no respires, no me invoques. No sientas, no sufras, no rias. Quedate quieto, deja que se nos haga tarde este dia (como ayer, antier y los dias previos). Deja que se pase una semana, dos. Y luego los meses. Que se vallan los años.
La suma de los recuerdos deberia ser igual al olvido. Pero no.
Te recuerdo siempre y entonces esa suma se vuelve multiplicacion.
Siempre estas tu, en todo tu, tu y tu.
Porque te extraño.
Deberia comenzar a olvidarte.
Deberia dejar de amarte.
Pero no.
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