martes, 24 de junio de 2014

"V" de "Vuelta"

Después de la ceguera, se caen las vendas. Las palabras contenidas después de tantos soles, de tantas lunas, por fin se acumulan nuevamente debajo del mentón y como sigo siendo un cobarde prefiero canalizarlas a mis dedos, por que aun no se me da eso de gritar, prefiero escribir y que la tinta salga, es una especie de limpia, un ritual que uno debería de hacer cada tanto cuanto tiempo.

Ahora suena Lana del Rey y no sé si sea casualidad o sólo una premonición pactada tiempo atrás.

No estoy triste, de hecho me sorprende escribir en este estado, la depuración casi siempre viene después de una mala experiencia, pero esta vez no. Esta vez no depuro, esta vez aprendo, capto, recibo, medito, asimilo, asumo, presento, valoro y transformo, todo eso,  en la cantidad de tiempo que dura un parpadeo; uno de esos que te hacen soñar al ir caminando y que te provocan bailar en el transporte publico.

Reflexiono, reflexiono sobre ti, sobre mi, sobre él, sobre ellos, sobre los pasados, los presentes y los futuros intentando ubicar esta vez en donde estuvo el tropezón y en donde no volver a caer.
En la vida he tenido varios aprendizajes, varios gritos de guerra que no se me olvidan, que cicatrizan y que transformo en mantras sagrados que intentan proteger mi ser:

-Un error fatal es guardar solamente los días mas gratos y olvidar los demás.
-Las personas no son salvavidas.
-La felicidad de uno no siempre es la de dos.
-Nadie tiene derecho a quitarme las cinco de la tarde.
-Es de mala educación enamorarse sólo.

Esta vez no he terminado de concretar mi aprendizaje, creo que es un poco la combinación de todos los anteriores y un poco una nueva visión, una más madura. Han pasado 25 inviernos desde la primera vez que derrame una lagrima y eso mal que bien, te curte aunque como ya lo dije anteriormente, "lo que no me mata tampoco me está haciendo más fuerte". 

Aquí estoy, una vez más, después de muchos ayeres y antes de muchos mañanas, visitando este espacio que de una u otra manera se transforma en mi "Caja de Pandora" y que a pesar de ser un gato cuido como un cerbero.

Finalmente pienso que el problema fue que nos enamoramos de nuestras flores y no de nuestras raíces, entonces cuando llego el otoño, ya no supimos que hacer.

1 comentario:

Siara Apsara dijo...

Ahora yo también estoy de vuelta.

Un gusto leerte